Después del Amor, el DesAmor

Intenté por segunda vez disfrazar la desesperanza, con la sutil, pero oportuna palabra de “contra amor”. No siempre es fácil hallar los términos apropiados que dan a entender lo que en realidad hay en el cerebro, y mucho menos en el corazón.

Realidad de DesAmor presenta una intención vencida por explicar a mí mismo que es más que humano el sufrimiento del hombre, que las circunstancias del dolor en el alma por cualquier (hasta insignificante e inútil) motivo, resulta demasiado pesado para un ser de carne.

Recuerdo, con relación a lo que pienso, las interrogantes sin respuesta del Maestro – según yo – César Vallejo que, sólo Dios es capaz de causar tal tribulación y sólo Él, capaz de nuevo, de diluir las terribles secuelas de ese período de existencia.

Como quiera que fuese, Realidad de DesAmor, reúne poemas dirigidos como forma de inquirir por la verdadera razón que nos obliga a entender el sufrimiento y el dolor humano como parte inherente del alma de cada persona, cuando descubre alguna vez en su vida lo que significa realmente amar.



REALIDAD DE DESAMOR

Comparto aún tu tibio calor
vez tras vez al volver tristemente
al pedregoso andar solitario.

El pedazo de cielo que compré
fue insuficiente durante la tormenta;
inminente ceguera que oscureció
penumbrosamente el divino sol.

Toda la lluvia que cayó
sobre nuestros rostros sonrientes
se diluyó torpemente
al recorrer mis mejillas
y el borde limpio
de tu delicada sonrisa virginal.

Toda la lluvia, antojadiza,
caprichosa contempladora parcial
fue la sublime aliada
cuando tú me dejaste.

¿Permitiste alguna insuficiente...
al menos, merecedora oportunidad
de explicar lo que siento?

Tan sólo huiste, escapaste;
cobarde al sentir falaz
las disímiles estocadas venenosas
que atravesaron tu pecho
al oír de otras bocas que no te amaba.
¿Tuvimos razón de romper
nuestros enamorados corazones
por ver marcadas sonrisas vanas
en infelices rostros enemigos
de inhumanos decires personales?

Nos equivocamos, cierto es.
Nos equivocamos y no lo fue.
Nos equivocamos cuando sucedió,
cuando miramos con ojos enemigos,
cuando respiramos con suspiros
esparcidos al viento,
cuando hablamos con labios indiferentes,
cuando dejamos al amor libre,
un amor que sólo
debe existir en los corazones,
perfectos asientos hoy sangrantes
contemplando la honda herida
causada por la mentira que brotó
libremente de tus manos.


FALSA MENTIRA

Pensé con frustrante piedad
sobre la inverosímil razón
que desunió nuestros destinos.

Intenté torpemente
conciliar mis pensamientos
al oír de tus labios
que jamás me besarías,
jamás me abrazarías,
jamás oiría de tu boca
cuánto me amas.

¿Por qué pasó eso?
Aún no lo entiendo.
Dijiste con lágrimas en el corazón
que amor ya no había.
Expresaste con sonrisa falaz,
jamás cambiarías
y nunca volvería
a tus brillantes ojos
aquella mirada de enamorada
cuando antes refulgían
sobre las penumbras de mis párpados.

¿Realmente sucedió eso?
Prefiero creer
todo fue falsa mentira,
mentira que demuestra
que aún me amarías.


AYUDA AMOROSA

Baña las costas
de mi lastimada sensibilidad
con el zumo surgente
de tus labios de ébano.

Recoge de mí
los restos de mi destrozado amor
para construir con él
la escalera que te lleve,
te conduzca al firmamento
de la consolación durante la tormenta.

Quizá al recordar
que todo lo pasado
resulta un frágil recuerdo
de un lejano idilio,
resuelva en algo
la sangrante herida
la cicatrice, como espero,
para caminar con ella,
y no agonizar durante la andanza.

Acepta, por favor
el estímulo cristalino
que hoy te ofrezco
con el inmenso amor
que aún pervive
en mi atribulada alma.


CINCO VECES

Una vez por cada beso,
especial cuando vives
sin desearlo en mi aliento.

Dos veces intento volver
al espacio que dejaste,
donde hallé mi corazón.

Tres palabras sirvieron
para explicar sin decirlo
lo que existe en mí por ti.

Cuatro letras insignificantes
que trastornan las olas
del quieto mar de mis deseos.

Cinco veces dije al silencio
me dejara tranquilo, en espera
de la musa de la inspiración.

Cuatro letras que ahora
cambian como siempre quise
el destino de mis ilusiones.

Tres palabras cumplieron
la sagrada intención
de retenerte a mi lado.

Dos veces me iré,
sin despertarte del sueño
que creé con amor para ti.

Una vez, sólo una
viviré para ti, en tus besos
y en la vida que nació
cuando despertaste conmigo
acostada sobre tu esperanza.


VUELVE ESTA VEZ POR ALLÍ

Te fuiste y no miraste atrás
para ver si yo desfallecía.

Te fuiste sin pensar siquiera
si yo te veía partir de mi lado,
como quien pierde
la última esperanza de vida.

Te fuiste por aquel camino
donde solías refugiarte
cuando mis palabras venenosas
atravesaban tus caricias
de mujer enamorada.

Te fuiste y yo,
como cada sábado quedaba estático,
allí convertido en columna de congojas,
deshecho por la inusual
desaparición de mis deseos.

Vuelve antes que los dioses de las emociones
tuerzan tus manos y pies
y los conduzcan hasta el pórtico
que una vez atravesé
y jamás quitaré de mis recuerdos.

Vuelve esta vez,
intentando consolar
mis traspiés de ser humano
y dando a mis ojos una razón más
para llorar de felicidad.

Vuelve esta vez por allí,
por ese lugar virginal,
por aquel sendero perpetuo,
(creado por ti)cuando descubriste que yo
te amaba con locura.

NO ES FÁCIL

No resulta sencillo
coger un bolígrafo, moverlo;
como si estuvieras muerto.

Tu mente se halla viva,
latente, hace brotar más y más
si se tiene guardado algo precioso
tanto como tu presencia.

Quizá nunca entenderás
lo que en mis manos hay.

Quizá jamás conozcas
el espíritu que hay tras mi alma
cuando mis pasiones
me obligan como a esclavo
escribir mil poesías.

No resulta fácil para mí
hacer entender a mis oídos
la bulla que me ensordece
cada vez que en ti pienso.

No es nada sencillo
coger mis intenciones y atarlas
para que no me denuncien
cuando estoy frente a ti.

No es nada fácil
decir al viento me dé aire de vida
porque deseo desesperadamente
acariciar a la muerte.

No es fácil estar vivo
y sentir perder la existencia
al saber que te pierdo para siempre.

¿Comprendes que no es fácil
borrar de mis suspiros
las miradas enamoradas
que solías obsequiarme al amanecer?


LAS CARTAS DE ROSALYNDA

Volví a leer las cartas de Rosalynda
con la única intención de destruirlas.

Volví a leer las cartas de Rosalynda,
las que antes, con mucho amor
escribía en mis madrugadas.


(Recibí una carta más de Rosalynda
y no pude evitar volver a leerla.)


Aquellas cartas, donde plasmados sus ojos
recorrían mi rostro enamorado
y veía la línea que las lágrimas
dejaban cuando la besaba.

Aquellas cartas, que puestas en mis manos
son sencillamente un tenue recuerdo
de aquellas voces cuando junto a ella
escribíamos con ojos y labios
el eterno destino que hoy nos separa.

EXTRAÑEZA PERPETUA

Nunca antes importó la distancia,
ni siquiera el lejano aroma de tu fragancia
mientras te sentía muy cerca a mí.

Hoy, contrario a mis deseos,
suelo llorar de angustia por tu lejanía,
extrañando las palabras de dulzura
que solías ofrecerme cada tarde.

Cada vez que camino memoro tu recuerdo
por las angostas vías de mi tristeza.

Cuando suspiro, añoro tu silueta
cercana a mis gélidas mejillas.

¿Será que, al no tenerte aquí
padeceré la profundidad de esta herida?

¿Podré, sin esperarlo, superar el dolor
de extrañarte como cada día al dormir?

Ni siquiera tú te lo imaginas.

Ni siquiera tú que estás extrañándome.

Ni siquiera tú, la princesa encantada
de mis dulces sueños de hadas.


ESCALERA CÓMPLICE

Pienso en el invierno del año pasado.
Trato sin hallar resultado
de encontrar los deseos que sembré.

El verano de ahora,
aleja de mis pensamientos
la tibia tarde, viéndote dormir.

No era la costumbre verte a esa hora.
No pretendía llegar y acariciar la noche
para hacerte una invitación inusual.


(Ni siquiera los perros del vecino
te anunciaron de mi presencia.)


Llegar hasta allí, debajo de las escaleras
y verte perdiéndote en tus emociones
impidió mirarte demasiado
para no despertarte y quebrar tus sueños.

Cojo la silla amarilla desarmable
y con sigilo me coloco delante de ti.
Capturo la guardia de tu sueño
y me atribuyo ser el centinela
para penetrar en tus pensamientos.

Aún dormida, debajo de la escalera,
agotada por cargar en tu vientre
la alegría de nuestros destinos.


DISTANCIA OBLIGADA

Cada vez que veo la abertura…
aquel abismo entre tú y yo,
me doy cuenta de la distancia obligada.

No es fácil comprenderla,
mas aún estando a tu lado,
disfrutando de tus virginales caricias,
de los delicados toques de tus labios.

Eres tú, la inocente doncella,
dueña absoluta de mis sentimientos,
poseedora de mi esperanza,
de la vitalidad de mis recuerdos.

Debo pensar que aquella distancia
ahora es la estrechez de nuestros corazones,
es la distancia obligada la razón
que permite mantenerme cerca, cerca de nosotros.

Tengo hoy una ventaja sobre ti,
una ventaja que es discordia en tu seno,
una ventaja que separa mis pasos de tu puerta,
una ventaja que hoy, me hace amarte más.

Eres la niña de mis pensamientos,
la dulce mirada de una cenicienta,
la princesa, dueña de mis sentimientos
y la esclava junto a mí de este encantamiento.


CRISTALES ROTOS

Percibo desde mi cama
la profunda herida
que causé a tus ojos.
No puedo hallar consuelo
si siento con vehemencia
que estás llorando como yo.

(¿Por qué dejé que eso pasara?)

¿Por qué permitiste partiera tu alegría en dos?
¿Por qué me abandonaste
cuando te tendía las fuerzas
para darte auxilio?

Sólo me quedó recoger los restos,
unir los cristales rotos
de nuestras felices ilusiones.
Sólo me entretuve
en la difusa idea de reconquistarte,
en aquellas tardes desde lejos,
en aquellas noches de placer.

Ni siquiera pensar en el martes
o traer hasta mí aquel viernes
pudo evitar fluya la sangre,
cicatrizar la herida
ahora abierta por mi causa
que aquel día sin desearlo
quedó viva, latente,
como la esperanza hoy muerta.


COMPAÑÍA DESEABLE

No está bien… me cuesta
sentarme en la misma mesa que tú;
estar a la altura de un beso
que puedas ofrecerme con tus labios de niña.

Ayer, cuando compartimos la misma silla,
entendí lo igual que eres de mí.

Tus preciosos ojos
capturaron mi mirada y me llevaron
hasta donde querías que fuese.
Tus cejas fueron los guías
para mis sueños de hombre perdido.
Tus manos, pegadas a las mías,
me hicieron saber del calor en el pecho
que guardabas desde antes de llegar.

No está bien, me cuesta
sentarme en la misma mesa que tú,
compartir el mismo asiento,
pues, mis piernas tiemblan al verte,
acercarte sigilosamente hasta mí.

Mis ojos, penetrados en los tuyos,
no pueden evitar perderse en ellos,
tiritar al compás de los tuyos,
brincar de emoción
mientras mi corazón te hace saber
lo mucho que te estoy amando.


EL ÚLTIMO ENCUENTRO

Te encontré de pasada;
atravesando la misma calle
que una y otra vez caminé
tratando de encontrarte
como sucedió hoy.

Te encontré de pasada,
distraída por los autos,
presa de tus ojos
para llegar hasta la puerta.

Ni siquiera la tenue luz
que se moría en el cielo gris
fue necesario para reflejarme
por última vez en tus labios.

Ni siquiera los transeúntes,
indiferentes y silenciosos,
notaban mis lamentos
ni percibían mis congojas
que te entregaba
en aquella esquina de asfalto.


¿TE ACUERDAS?

¿Te acuerdas de aquel primer tímido beso?
Sí, acuérdate siempre al estar sola.

¿Te acuerdas de aquella rosa
que coloqué en tus manos
con la espera me devuelvas un cariño?
Sí, acuérdate al ver las flores.

¿Te acuerdas de la mañana fría
caminando bajo la lluvia,
abrazados, besándonos
al caernos gotitas de agua
mojando nuestros rostros
llenos de inmensa alegría?
Sí, acuérdate al sentir la lluvia
cayendo sobre ti.

¿Te acuerdas de las veces
que hemos contemplado la luna juntos,
pidiéndole nos ilumine
mientras en un momento
íbamos al cielo, junto a las estrellas
para contarlas de cerca y decir
así de inmenso es mi amor por ti?
Sí, acuérdate al ver una oscura noche.
¿Te acuerdas de la armonía
de nuestros cuerpos acompasados
cuando juntos bailábamos,
cantándote al oído,
al oír nuestra canción predilecta,
aquéllas que tenían al amor como tema
o aquéllas que te hacían recordarme?
Sí, acuérdate al escuchar
una melodía amorosa.

¿Te acuerdas siempre de mí?
¿Te acuerdas cuando bailábamos?
¿Te acuerdas?
Acuérdate...
cuando al no tenerme junto a ti
yo desde algún lugar
te diga te estoy amando
y deseo estar a tu lado para decir
¿te acuerdas?
y acostado en tu pecho
recordemos lo pasado
y presente de nuestra vida juntos.


TODO QUISIERA SER

Para poder estar junto a ti
quisiera ser el viento,
el viento que a diario
acaricia tu rostro.
Quisiera ser tu aliento,
el aliento tuyo
para estar siempre
al lado de tu boca.
Quisiera ser tu almohada
y oír todas las noches
cómo me llamas amada.
Quisiera ser tus cabellos
y caer sobre tus hombros
para acariciarlos con ternura.
Quisiera ser todo lo que tocas
para poder estar siempre
cerca de tus manos.
Para poder estar a tu lado
quisiera ser tu sombra
y acompañarte a todas partes.
Quisiera ser tu corazón
y sentir tus latidos
para decirte cuánto te amo.
¿Tienes noción de lo mucho
que te estoy amando?
¿Tienes idea alguna
de la inmensidad de mi amor?
¿Crees que puedo olvidar
cuando me dijiste por primera vez
con mucho nerviosismo...te amo?
Todo frente a tus ojos
quisiera ser para siempre mirarte.
Todo lo que te da felicidad,
todas aquéllas que hacen
te sientas dichosa,
aquéllas que son y serán en mi memoria
recordadas siempre
por ser primorosas.


MARIPOSA

Vuela, vuela, vuela, mariposa.
Vuela de flor en flor y de prado en prado.
Vuela que siempre hay lugar donde posarás,
vuela, que pronto linda flor hallarás.


¿Por qué te detienes bella doncella?
Dime, ¿por qué dejaste de batir tus alas?
Dime, me he enamorado de ti
y no puedo vivir sin lo que me haces sentir.


Sucede que amo tu lindo volar,
que amo tu cálido y tierno posar,
amo cada flor en la que posaste
al sentir tus labios cuando me besaste.


Regálame tus gratos vuelos de primavera,
obséquiame tus tórridos besos de invierno,
permíteme que sea el dueño de tu amor
para profesarte lo que puedo dar con candor.


ESPERA INVENTADA

Previo al día que escogimos
recorren mis venas un agudo frío
tratando de avisarme
del gélido invierno de tu corazón.

Antes de llegar al lugar señalado
miro las esquinas para hallarte,
ubicarte entre la muchedumbre,
aquélla que no despeja las miradas
hallándome parado frente al parque.

(Imagino que estuviste allí,
ya esperaste la hora pactada.)


Intento excusar mi tardanza
hallando culpable al viento,
buscando agredir mi reloj.

Es desesperante estar solo,
en espera de algo que jamás tendrás,
luchando contra la desesperanza
acariciada en el paradero de los dos.

No esperaré otra vez
ni intentaré excusar mis sentidos,
dirigiendo mis faltas
hasta donde sé
que no te volveré a encontrar.


VIDA COMPARTIDA


Somos dos, luchando contra la tempestad

soportando el frío en los pies,
tratando de alcanzar la razón a los días.

Te veía acostada sobre la espera

confiando a ciegas en mis fuerzas
regalándome un momento de confianza
al verme caminar hasta la puerta.

Mientras recorro las calles,

alcanzando una posibilidad duradera,
dejo mis pensamientos
donde estás acostada,
recojo los deseos esparcidos en tu seno.

No sé si al volver a la caminata,

al regresar de la batalla con el aire
te halle aún esperándome.

Apenas me acerco hasta tus sueños,

comparto la vigilia contigo;
siento las penas en tu vientre,
me duele la herida que hoy,
por la mañana (cerca de las 9 a.m.)
nacieron entre tú y yo.

CUANDO LA NOCHE SE ACORTA


La noche fue corta, como siempre,
para decirte lo que te gusta oír.

Las horas no se detenían,
aun cuando guardaba mis manos,
todavía ocultándolas en mis bolsillos.

Ni siquiera las personas
que caminaban frente a nosotros
se preocupaban por el tiempo
como lo hacíamos nosotros.

Cada vez que me reflejo en tus ojos
pierdo la piel del suelo
y olvido los pensamientos
impregnados en mis sienes.

Espero lo comprendas
si me acerco por tu espalda
y acaricio tus hombros
para expresarte lo que importas.

Deja de una vez me acerque,
me bese los labios frente a ti
para guardar en tus besos
el aroma de amor que siempre quise.


SEGUNDA SEMANA


Todos compran flores, regalos…

Todos pasean por el bulevar
tratando de encontrar el mejor “presente”.
Todos esperan la hora prevista
y sentarse a la mesa
para verla (como cualquier día).

Nadie entiende lo que ella quiere,

nadie percibe lo que espera,
tan sólo hacerle recordar
lo mucho que importa en la vida.

Todos están como siempre.

Todos están igual que siempre.

(Nadie entiende el dolor que siento.
Nadie percibe el gran vacío en mi alma
ni la soledad en mi casa,
allí en aquel ronconcito que era suyo,
muy cerca del árbol de ciruela,
desde su partida al medio día.

Quisiera comprar las flores de mayo,
recorrer los pasadizos de antes,
escoger el mejor regalo para ella.

Quisiera tanto y parece nada…)


¿Todo está como siempre?

Hace falta la palabra oportuna.

No se oye el eco de sus sonrisas,
ni el aroma de sus cabellos
esparcida en la sala.

Nada es como siempre
desde aquel día de febrero
cuando el sol castigador
evaporó la luz de sus ojos
guardándola para siempre
en el recuerdo de mis lágrimas.


HUELLAS DE MAYO

Persigue el sueño ayer perdido
cuando el temblor de tu cuerpo,
te despertó con sobresalto.

Intenta reconstruir la vista
clavada en la pared de las ironías
y retratar las angustias
en el lienzo suave de tu espalda.

No puedo recuperarlo, lo sé.
Por más que el recuerdo
llega hasta tus narices,
no se queda ni un minuto
para ayudarte a recordarlo.

Sólo queda mis huellas
y aliento mío en tu cuello
que ahora te refresca la memoria.

Nunca podrás olvidar las caricias.
Jamás arrancarás mi respiro
en tu vientre aún virgen y puro;
ni el amor que te ofrecí
la segunda semana de mayo.


UN POEMA A ESTA HORA


Un poema a esta hora,
cuando la esperanza ha muerto,
es mejor que contar los segundos
que alcanzan como si mañana
fuese un nuevo día.

Un poema en esta noche,
es especial al quedarme solo,
esperándola como todas las noches,
desde aquélla cuando apareció
sin esperarlo, sin sorpresa.

Un poema en mi tristeza
parece suficiente para consolar
las amarguras juntadas
desde la hora prevista,
desde que el reloj dio las nueve
y ella, otra vez, se esfumó
junto al último suspiro
de mi esperanza dormida.

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